Bueno, ese recorrido por el hermoso pueblo de Puerto Plata me sofocó, parece que la edad me está queriendo decir algo, jejejeje.. Pero no le hago caso y disfruto cada segundo de mi existir.
Estas sombras no son vistas muy frecuentemente en la capital asi que decidí tomarme mi tiempo ya que era medio dia y aún el pueblo conserva la tradición de la siesta lo que ocasiona un silencio envidiable!.. de verdad me lo gocé.
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