Conversar tranquilamente con doña Dedé mirabal es un grato placer para cualquier ser humano, para mi una experiencia inolvidable porque en esta ocasión hablamos sobre su condición de madre de sus hijos y además de los de sus hermanas asesinadas que pasaban a ser suyos por defecto.
"mi madre me enseño a ser lo que soy y yo le enseñé a ser lo que son", es que todos son gente honorables dedicados a diversas áreas pero todos con gran valor y seriedad, "nunca le enculqué odio en su corazón, ellos supieron lo que pasó años después porque estaban muy chiquitos, menos el mayor de todos que en ese entonces ya tenía 18 años".
Tuvo que ser madre de verdadero valor, de amor incalculable para poder junto a su madre hacer de ese episodio sólo un mal recuerdo que les llevó a ella sus hermanas, a su madre sus hijas y a sus sobrinos e hijos sus tias y madres.
Gracias doña Dedé por sus palabras que enseñan a este servidor a mirar desde otro punto la vida.
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