Habrá varios cambios, y no solamente en las letras, sino también en los conceptos vigentes hasta hoy en la ortografía. ¡Tal vez así se consiga que la gente escriba con menos faltas de ortografía! Por ejemplo, se intentará hacerla más razonada, más amplia y exhaustiva, en el sentido de dar respuesta a la mayoría de las posibles dudas y problemas ortográficos. Se buscará también hacerla coherente, es decir, unificando actuaciones y factores y eliminando incongruencias surgidas a lo largo del tiempo. Otro elemento a tener en cuenta será la utilización de un lenguaje claro y comprensible en la enunciación de las normas y la simplificación de algunas representaciones. Esto significa que diremos adiós de nuestro abecedario a la “ch” y la “ll”, que acompañarán a la “rr” en su exilio definitivo.
También se apunta a la modernización, ya que la ortografía clásica estaba relacionada con la escritura manual, mientras que la moderna debe tener en cuenta un nuevo ámbito: la “ortotipografía”, que son elementos tipográficos con un significado básico: cifras, signos, caracteres de formato, espacios en blanco. También dedicará un capítulo a otros elementos constitutivos de un texto escrito en el ordenador, como párrafos, enumeraciones, citas, ilustraciones, cuadros, notas o referencias, y otros tendrán como protagonistas al uso de mayúsculas y minúsculas, nombres propios, modismos locales y expresiones numéricas.
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